PUEBLO U OLIGARQUIA IMPERIALISMO O NACIÓN
Si en un proceso hay varias contradicciones, necesariamente una de ellas es la principal, la que desempeña el papel dirigente y decisivo, mientras que las demás ocupan una posición secundaria y subordinada. Por lo tanto, al estudiar cualquier proceso complejo, con dos o más contradicciones, debemos esforzarnos al máximo por encontrar su contradicción principal. Una vez aprehendida la contradicción principal, todos los problemas se resuelven fácilmente.
Existen ante nosotros dos tipos de contradicciones sociales: contradicciones entre nosotros y el enemigo y contradicciones en el seno del pueblo. Estos dos tipos de contradicciones son de naturaleza completamente distinta
Para comprender acertadamente los dos diferentes tipos de contradicciones, es necesario, ante todo, precisar qué se entiende por pueblo y qué por enemigo
Nuestro Gobierno Popular es un gobierno que representa realmente los intereses del pueblo, un gobierno que sirve al pueblo. Sin embargo, entre él y las masas populares también existen ciertas contradicciones. Estas incluyen las contradicciones entre los intereses estatales, los intereses colectivos y los intereses individuales, entre la democracia y el centralismo, entre dirigentes y dirigidos, y entre el estilo burocrático de trabajo de ciertos trabajadores gubernamentales y las masas. Todas éstas también son contradicciones en el seno del pueblo. Hablando en términos generales, las contradicciones en el seno del pueblo existen sobre la base de la identidad fundamental de los intereses de éste.
Las contradicciones entre nosotros y el enemigo son antagónicas. En el seno del pueblo, las contradicciones entre las masas trabajadoras no son antagónicas
CONSIDERACIONES DE LOS MILITANTES Y CUADROS POLÍTICOS
Debemos saber preocuparnos por los militantes (cuadros). El método para hacerlo es el siguiente:
Primero, orientarlos en su trabajo. Esto implica dejarlos desplegar su iniciativa en el trabajo para que se atrevan a asumir responsabilidades y, al mismo tiempo, darles indicaciones oportunas para que, a la luz de la línea político del movimiento, puedan poner en pleno juego su espíritu creador.
Segundo, elevar su nivel. Esto significa brindarles la oportunidad de estudiar y formarlos, de modo que eleven su preparación teórica y su capacidad para el trabajo.
Tercero, controlar su trabajo y ayudarles a sintetizar sus experiencias, a desarrollar sus éxitos y a corregir sus errores. Confiarles una tarea sin controlar su ejecución, y prestarles atención sólo cuando cometen errores graves: ésta no es la forma de preocuparse por los cuadros.
Cuarto, emplear, en general, el método de la persuasión con los cuadros que hayan cometido errores y ayudarles a corregirlos. En todo esto, la paciencia es necesaria. No es correcto calificar a la ligera de oportunista a la gente ni empezar precipitadamente a organizar luchas contra ella.
Quinto, ayudarles en sus dificultades. Cuando un militante cae enfermo o tropieza con dificultades materiales, familiares, etc., tenemos que prestarles toda la atención posible.
Así es cómo hemos de preocuparnos por los militantes (cuadros).
Un grupo dirigente, verdaderamente unido y vinculado con las masas, sólo puede formarse gradualmente en el proceso de la lucha de masas, y no al margen de ella. En el curso de una gran lucha, la composición del grupo dirigente no debe ni puede, en la mayoría de los casos, permanecer enteramente invariable en las etapas inicial, media y final. Es necesario promover constantemente a los activistas surgidos en el curso de la lucha, para sustituir a los miembros originales del grupo dirigente.
Si nuestra organización no cuenta con una plena cooperación entre las amplias masas de cuadros nuevos y los viejos cuadros, nuestra causa se detendrá a media camino. Por eso, todos los viejos cuadros deben acoger con gran cariño a los cuadros nuevos y mostrarles la mayor solicitud. Es cierto que los cuadros nuevos tienen sus defectos. Como no hace mucho que participan en la militancia, les falta experiencia y es lógico que algunos de ellos conserven rastros de la vieja sociedad, residuos de la ideología individualista . Los cuadros, nuevos y viejos, deben respetarse mutuamente, aprender los unos de los otros, superar las debilidades propias aprendiendo de las cualidades de los demás, para mantenerse unidos como un solo hombre en bien de la causa común y prevenir las tendencias sectarias.
MATERIALISMO DIALECTICO
Su carácter práctico: subraya la dependencia de la teoría respecto a la práctica, subraya que la práctica es la base de la teoría y que ésta, a su vez, sirve a la práctica.
La filosofía marxista considera que el problema más importante no consiste en comprender las leyes del mundo objetivo para estar en condiciones de interpretarlo, sino en aplicar el conocimiento de esas leyes para transformar activamente el mun A menudo, sólo es posible llegar a un conocimiento correcto después de muchas repeticiones del proceso que conduce de la materia a la conciencia y de la conciencia a la materia, es decir, de la práctica al conocimiento y del conocimiento a la práctica. Esta es la teoría marxista del conocimiento, la teoría materialista dialéctica del conocimiento. El conocimiento comienza por la práctica, y todo conocimiento teórico, adquirido a través de la práctica, debe volver a la práctica.
El método fundamental de trabajo que todos los compañeros debemos tener bien presente, consiste en determinar nuestra línea de trabajo en función de las condiciones reales.
Al estudiar un problema, debemos guardarnos de la subjetividad, la unilateralidad y la superficialidad. Por subjetividad se entiende no saber abordar los problemas objetivamente, es decir, no saber abordarlos desde el punto de vista materialista. Por unilateralidad se entiende no saber abordar los problemas en todos sus aspectos. (...) O puede llamarse ver la parte y no el todo, ver los árboles y no el bosque.
Para conocer realmente un objeto hay que abarcar y estudiar todos sus aspectos, todos sus vínculos y mediaciones. Esto jamás lo conseguiremos por completo; pero la exigencia de estudiar las cosas en todos sus aspectos nos previene contra los errores y la rigidez.
Por superficialidad se entiende no considerar ni las características de la contradicción en su conjunto ni las características de cada uno de sus aspectos, no reconocer la necesidad de ir al fondo de una cosa y estudiar minuciosamente las características de su contradicción, sino limitarse a mirar de lejos y, después de una ojeada a los contornos generales de la contradicción, tratar inmediatamente de resolverla (responder una pregunta, zanjar una disputa, conducir un asunto o dirigir una operación militar).
Debemos utilizar el cerebro y pensar cada cosa cuidadosamente. Como dice el refrán: Frunce el entrecejo y se te ocurrirá una estratagema. En otras palabras, la mucha reflexión engendra sabiduría. Para deshacernos del hábito de actuar a ciegas, tan difundido en nuestro pais, debemos alentar a nuestros compañeros a pensar, aprender el método analítico y cultivar el hábito del análisis.
COOKE
Cooke señala: “Todo planteo para la lucha a partir del conocimiento de nuestra situación de país semicolonial, integrante de un continente semicolonial”. Por ello “cualquier política de liberación debe ser, ante todo, antiimperialista”. “La oligarquía nativa es un subproducto que solamente será eliminado cuando se liquide la influencia del imperialismo. La lucha entonces, es de liberación nacional, para liberar al país y alcanzar el triunfo definitivo”.
“El nacionalismo sólo es posible como una política antiimperialista consecuente”.
Cumplida la regla primordial de identificación del enemigo, Cooke analiza la naturaleza de la guerra librada por el peronismo
“Un clima de rebeldías individuales puede durar indefinidamente. Solamente cuando la rebeldía está coordinada y encausada en un movimiento de liberación, adquiere la eficacia necesaria para luchar con éxito”.
“No hay liberación sin el peronismo –explica Cooke- pero el peronismo solo no puede hacer la liberación”.
¿Qué es el peronismo? “Fue –define Cooke- el más alto nivel de conciencia al que llegó la clase trabajadora argentina. La definición aparece reformulada en un conocido reportaje a las FAR: ‘Nosotros no nos integramos al peronismo, el peronismo no es un club o un partido burgués al que uno puede afiliarse, el peronismo es fundamentalmente una experiencia de nuestro pueblo y lo que nosotros hacemos ahora es descubrir que siempre habíamos estado integrados a ella, en el sentido que está integrado a la experiencia de su pueblo todo hombre que se identifica con los intereses de los más’.
Los designios de Estados Unidos de imponer su hegemonía en todo el continente no constituían ningún secreto: sus hombres de Estado lo venían proclamando desde hacía un siglo y había muchos hechos probatorios en exceso, la oposición a los proyectos de Bolívar para la unificación continental, la destrucción de nuestro Puerto Soledad en las Malvinas, el robo a México de más de la mitad de su territorio, las depredaciones en Nicaragua, la incursión naval contra Paraguay, eran algunos ejemplos.
LA VISIÓN DE JOHN WILLIAM COOKELa lucha por la liberación nacionalSegún el punto de vista de este autor, la lucha por la liberación nacional esta íntimamente ligada al peronismo ya que este y la revolución se hallan en una relación dialéctica, en la que esta no es concebible sin el peronismo.Todo planteo para la lucha debe partir del conocimiento de que somos un país semicolonial, en el sentido en que siempre hemos dependido como país de otra potencia .Para poder plantear un proyecto como país, con las implicancias que conlleva este concepto, cualquier política debe ser antimperialista y antioligarquica, ya que esta última es el brazo local y el vínculo con el imperialismo.El peronismo cuando estuvo en el poder suprimió estos lazos e inició dicho proyecto, ya que este produjo una transferencia de poder hacia las capas inferiores de la escala social, lo que signficó una verdadera revolución social. Pero 1955 fue un intento de vuelta a atrás y este fue operado desde la oligarquía terrateniente y los grupos industriales de Gran Bretaña y Estados Unidos .Cooke divide a los países en dos categorías: los oprimídos y los opresores, entre los últimos se hallan Gran Bretaña y EEUU. Los opresores inventan constantemente fórmulas ideológicas para justificar su entrada en los mercados de los países oprimídos y así explotarlos para sus propio rédito.El peronismo efectivizó una salida ante esta invasión, esta fue la política antiimperialista. Por lo tanto, los grupos dominantes teniendo miedo al peronismo, reaccionaron de tal forma ; eliminando a Perón del poder y proscribiendo al partido.Por ello, la lucha por el poder no puede hacerse por medios institucionales sino que deberá hacerse por otros medio.Igualmente Cooke dice, que la constitución de 1853 fue una expresión del capitalismo ya que fue copiada de la constitución de Filadelfia , la cual fue dictada por los ricos , de manera que aseguraba la mínima participación popular en el manejo del estado (Eleccion indirecta del presidente y senadores). Con esto el autor quiere decir que la lucha electoral y constitucional es imposible si estas estan estructuradas y manejadas en función de los intereses de una minoría rica.
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